Isaac Salmerón
La iglesia inicio el servicio del día y las personas se reúnen luego, los cristianos van como de costumbre esa tarde esperando que este tiempo sea provechoso. El bus iba lleno y parece habrá muy buena asistencia hoy. El que ministra la alabanza está preparado oró, ayuno y clamó a Dios que haya hoy una unción terrible que cubra toda la congregación y hayan sanidades, suenan los instrumentos y los coristas entonan mientras el ministro suda en su intenso esfuerzo de meter al pueblo en la adoración; anda un poco mal de la garganta pero aun así le dará lo mejor a su Dios.
-ahhhhh ¡que aburrido!- dice un joven mientras ve su reloj -A qué horas va a terminar esto-. Te habías fijado que al templo van muchas personas con propósitos y costumbres comunes en el santo momento de “adoración con alabanzas”. Uno se agacha con su cara casi entre las piernas porque le da pena que la cipota (joven) lo vea cantando pues a ella le gustan los impíos y así se mantiene hasta que abran todos los ojos, otra aprovechan a pensar en todas las deudas el gas, la luz -ah! Me olvide de contarle a fulano aquel chisme- pero, su apariencia es reverente no ha abierto sus ojos por no desconcentrarse en las cuentas y no dar de mas, está el que no se sabe las alabanzas y las escucha diciendo porque no cantan de las románticas así me oyeran como me entono y le busca el parecido a las tonadas. Otro es el que no deja buscar entre los que están arriba quien está soltero(a) por si quizá Dios le conceda el milagrito por el que ora, no falta además el que le agarra desesperación por ir al baño cada cinco minutos dice que porque la silla es bien caliente, uno que le agarro de hacer show para que el camarógrafo lo grabe y salga por la tv .También los que aprovechan pegar su dormidita para desvelarse por la noche con los programas. Los ricos que se sientan recto y no levantan las manos por no perder su caché dicen que eso lo hacen los pobre y desesperados y hay que distinguirse del pueblo. Una que comienza a contar las lámparas hasta que suene la que le gusta mientras otro dale y dale al celular; el de a la par se amarra las cintas de los zapatos y se los desamarra mientras que el de adelante se está socando los dedos con una pulsera hasta que los dedos se le hagan azules. Otro tiembla que tiembla para aparentar su espiritualidad que no demuestra con su esposa; y no falta el cipote que le agarra de estar en el cafetín diciendo que lo mejor es la predicación y que mientras esta viene va a comer; y la hermanita que aprovecha a platicar con la amiga que está a la par y que ya días no ve. El señor Vásquez se levanta viendo su cronometro dice al diacono que se va porque ya es la hora de finalizar el culto y que tiene prisa excusándose en que el predicador termina tarde el culto, como si fuese a un lugar urgente y debe salir de la intimidad de Dios con exactitud sin regalar un segundo más.
Mientras el Espíritu Santo se pasea por la iglesia sus pasos son lentos y queditos pues no quiere hacer ruido y llamar la atención, va sobre un ambiente frio y seco viendo las caras de todos como si pasara lista y examinara con un lector de pensamientos del año lo que piensa cada uno y grabando las imágenes de ellos pues Dios le pidió un video para determinar en el cuanto le adora cada quien. El Espíritu llora al ver la indiferencia del rico, la insensatez del que llega a matar el tiempo y el interés del que busca que se consigue, cuando tan grande bendición de Dios está servida y Dios más cerca que nunca, escuchando a su pueblo como nosotros escuchando nuestro cantante favorito esperando que nos de buena función. Pero al caminar un poco mas y otro poco mas se detiene atónito encontró algo que le dejó boquiabierto; ve a un niño, no está jugando sino está llorando. Lo graba y Dios se alegra al verlo en ese momento, le ha encontrado, la presencia de Jehová esta en él, no canta con su boca, canta con su espíritu; el espíritu lo mira fijamente, entiende sus palabras, hablan perfectamente el mismo código.
DIOS ES ESPIRITU Y LOS QUE LE ADORAN DEBEN ADORANRLE EN ESPIRITU Y VERDAD.
Para aquellos que buscan darle a Dios una adoración revolucionaria y en su propio idioma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario