¡Bienvenidos!

Espero que el Señor pueda mostrarle un amor más ligado a las sagradas escrituras y que ellas sean quienes le guíen en su diario caminar por las veredas de este mundo y le conduzcan con sabiduría al cielo, lugar de nuestro destino.
Con amor en Cristo Jesús: Isaac Salmerón

lunes, 26 de diciembre de 2011

Despojado de Autoridad



Isaac Salmerón


En la época de guerra en la que E.E.U.U.  Luchaba contra las fuerzas de Japón en el año 1946 el general japonés Toj se rindió al general MacArthur de los Estados unidos en una ceremonia que tuvo lugar en la bahía de Tokio. Los japoneses habían sido ya derrotados por las fuerzas militares aliadas. La Ceremonia fue Bastante dramática. EL General Toj subió a bordo del acorazado de Misurí vestido con su uniforme de gala. Con él estaban hombres de alto rango de todos los círculos militares. Llegó como jefe comandante de las fuerzas armadas japonesas.

Entonces el General MacArthur subió también al barco con los hombres que representaban al gobierno y a las fuerzas militares estadounidenses. Era un encuentro personal cara a cara y espectado por muchos.
El general MacArthur se acercó y arrancó todas las medallas militares, cintas y condecoraciones de Toj. Después le agarró y arrancó los emblemas de autoridad que llevaba en los hombros. Quedó Reducido a un hombre derrotado y degradado sin poder ni autoridad
.
La ceremonia de autoridad fue finalizada cuando el general Toj agarró la espada que llevaba al costado y se la entrego a MacArthur.

Cuando Toj se rindió no era solamente una derrota personal. Todas las fuerzas aéreas, marinas, ejercito y militares se rindieron ante MacArthur y quedaron desprovistas de poder.
Fue un momento de gloria y triunfo para Estados Unidos. Fue una derrota y rendición total para los japoneses y sus tropas. La guerra había sido ganada.

Eso fue lo que Jesús hizo a Satanás  y a todos sus demonios en El Calvario. Fueron completamente derrotados al tercer día. Col.2:15
Para los cristianos los principados y potestades ya fueron despojados de toda autoridad. Lo que Satanás hace es asustar y amedrentar a los que no saben que ha sido derrotado.

Cada vez que tememos usar nuestro liderazgo o cedemos ante la tentación o pensamos que somos perdedores ante los obstáculos que surgieron dentro del servicio de Dios no celebramos una victoria que ya fue ganada. Cada vez que nos manchamos nuestro corazón y nos atamos a la práctica o volvimos al alcoholismo o caemos de nuevo en pornografía o peor dejamos que una relación sentimental hiera nuestros sentimientos no celebramos una victoria que ya fue ganada. Cuando renunciaste a un privilegio o abandonaste tu hogar en tu  desesperación no celebraste una victoria que fue ya ganada. Cuando lloraste temiendo que fueses a ser nadie en la vida tampoco volviste a celebrar una victoria que ya fue ganada.
Así como Toj fue humillado en aquella ceremonia  así Satanás esta despojado de hacer su voluntad delante de nosotros. Solo recuerda “Resistid al Diablo y huirá de vosotros” Stg 4:7 Necesitas tener un carácter firme y encarar sus artimañas demostrándole que no le tienes temor ni preocupación. “si Dios es con nosotros quién contra nosotros”.

La victoria de MacArthur no fue solo para él, más fue una victoria para todo su pueblo y sus aliados. De igual manera la victoria de Cristo es nuestra.
Se cuenta que cuando se firmo el acta de rendición. Un sargento estadounidense que yacía prisionero de guerra en campo japonés. El General (rango más alto que sargento) japonés mantuvo su mando en el campamento. Esperaba que un oficial estadounidense de más alto rango que el llegara a hacerse cargo del campamento.
Iba a aprender que un General derrotado tiene menos autoridad que un Sargento que pertenece al ejército que ha ganado la guerra. Al escuchar la rendición el Sargento ordenó al General japonés que él y su gente se harían cargo del campo. El cambio de mando alcanzó incluso al soldado  de rango más bajo.

El triunfo de Cristo en El Gólgota significa que nosotros también poseemos ese mando y que vivimos bajo la autoridad del Reino de Dios.

Te invito a reflexionar sobre esta verdad y vuelvas a vivir la vida victoriosa que Cristo ya te otorgó. Has las cosas bien y disfruta de la autoridad que posees sobre los demonios y Satanás porque ya ganaste esa batalla.

                                              ¡Celebra por la fe en Cristo Jesús!

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