Isaac Salmerón
En la época de guerra en la que E.E.U.U. Luchaba contra las fuerzas de Japón en el año 1946 el general japonés Toj se rindió al general MacArthur de los Estados unidos en una ceremonia que tuvo lugar en la bahía de Tokio. Los japoneses habían sido ya derrotados por las fuerzas militares aliadas. La Ceremonia fue Bastante dramática. EL General Toj subió a bordo del acorazado de Misurí vestido con su uniforme de gala. Con él estaban hombres de alto rango de todos los círculos militares. Llegó como jefe comandante de las fuerzas armadas japonesas.
Entonces el
General MacArthur subió también al barco con los hombres que representaban al
gobierno y a las fuerzas militares estadounidenses. Era un encuentro personal
cara a cara y espectado por muchos.
El general
MacArthur se acercó y arrancó todas las medallas militares, cintas y
condecoraciones de Toj. Después le agarró y arrancó los emblemas de autoridad
que llevaba en los hombros. Quedó Reducido a un hombre derrotado y degradado
sin poder ni autoridad
.
La
ceremonia de autoridad fue finalizada cuando el general Toj agarró la espada
que llevaba al costado y se la entrego a MacArthur.
Cuando Toj
se rindió no era solamente una derrota personal. Todas las fuerzas aéreas,
marinas, ejercito y militares se rindieron ante MacArthur y quedaron
desprovistas de poder.
Fue un
momento de gloria y triunfo para Estados Unidos. Fue una derrota y rendición
total para los japoneses y sus tropas. La guerra había sido ganada.
Eso fue lo
que Jesús hizo a Satanás y a todos sus
demonios en El Calvario. Fueron completamente derrotados al tercer día. Col.2:15
Para los
cristianos los principados y potestades ya fueron despojados de toda autoridad.
Lo que Satanás hace es asustar y amedrentar a los que no saben que ha sido
derrotado.
Cada vez
que tememos usar nuestro liderazgo o cedemos ante la tentación o pensamos que
somos perdedores ante los obstáculos que surgieron dentro del servicio de Dios
no celebramos una victoria que ya fue ganada. Cada vez que nos manchamos
nuestro corazón y nos atamos a la práctica o volvimos al alcoholismo o caemos
de nuevo en pornografía o peor dejamos que una relación sentimental hiera
nuestros sentimientos no celebramos una victoria que ya fue ganada. Cuando
renunciaste a un privilegio o abandonaste tu hogar en tu desesperación no celebraste una victoria que
fue ya ganada. Cuando lloraste temiendo que fueses a ser nadie en la vida
tampoco volviste a celebrar una victoria que ya fue ganada.
Así como
Toj fue humillado en aquella ceremonia así Satanás esta despojado de hacer su
voluntad delante de nosotros. Solo recuerda “Resistid al Diablo y huirá de
vosotros” Stg 4:7 Necesitas tener un carácter firme y encarar sus artimañas
demostrándole que no le tienes temor ni preocupación. “si Dios es con nosotros
quién contra nosotros”.
La victoria
de MacArthur no fue solo para él, más fue una victoria para todo su pueblo y
sus aliados. De igual manera la victoria de Cristo es nuestra.
Se cuenta
que cuando se firmo el acta de rendición. Un sargento estadounidense que yacía
prisionero de guerra en campo japonés. El General (rango más alto que sargento)
japonés mantuvo su mando en el campamento. Esperaba que un oficial
estadounidense de más alto rango que el llegara a hacerse cargo del campamento.
Iba a
aprender que un General derrotado tiene menos autoridad que un Sargento que
pertenece al ejército que ha ganado la guerra. Al escuchar la rendición el
Sargento ordenó al General japonés que él y su gente se harían cargo del campo.
El cambio de mando alcanzó incluso al soldado
de rango más bajo.
El triunfo
de Cristo en El Gólgota significa que nosotros también poseemos ese mando y que
vivimos bajo la autoridad del Reino de Dios.
Te invito a
reflexionar sobre esta verdad y vuelvas a vivir la vida victoriosa que Cristo
ya te otorgó. Has las cosas bien y disfruta de la autoridad que posees sobre
los demonios y Satanás porque ya ganaste esa batalla.
¡Celebra por la fe en Cristo Jesús!
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