Las Cualidades del llamado Ministro de Dios.

Por Isaac Salmerón.

Todo ministro de Dios debe vivir la vida de manera diferente a los demás. Su vida ha sido impactada por el evangelio sí es que tiene el llamado de Dios. Este relucirá cualidades especiales y cumplirá con los requisitos mencionados en 1 Timoteo 3:1-7. De no tenerlas este deberá ansiosamente adquirirlas pues no bastarán solamente los sentimientos o buenas intenciones que dicho llamado supone tener.

LA MISMA REGLA, LA MISMA MEDIDA: El apóstol Pablo constituyo a Timoteo ministro de Dios convirtiéndolo en el primer obispo de Éfeso, donde murió como mártir en el año 97 d.C.

Sí observamos a este joven recordaremos que el apóstol, antes de llevarle consigo a los viajes misioneros le midió con una regla, la cual el Espíritu Santo le había revelado al apóstol para todos los nuevos ministros del Pacto de la gracia. Esta regla se le recuerda a Timoteo cerca del año 65 al 68 d.C. Cuando Pablo  le escribe desde Roma para traer a memoria como debía de conducirse el la casa de Dios ¿Por qué? Porque, Pablo cuidaba en todo momento que los ministros mantuvieran una vida con estas características. Y para que Timoteo supiera que las medidas seguían siendo las mismas para quienes Timoteo estableciera en su ministerio y también a causa de muchos falsos ministros del evangelio de quienes tambien hoy existen en la actualidad.

2 Timoteo 2:16

“Evita las palabrerías vacías y profanas, porque los dados a ellas, conducirán más y más a la impiedad,

17 y su palabra se extenderá como gangrena; entre los cuales están Himeneo y Fileto,

18 que se han desviado de la verdad diciendo que la resurrección ya tuvo lugar, trastornando así la fe de algunos.

19 No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme, teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Que se aparte de la iniquidad todo aquel que menciona el nombre del Señor.” (LBLA)

REQUISITOS DE LOS MINISTROS:  A continuación enumeraremos los requisitos los aspirantes y ya ministros de una Iglesia.

1-      Irreprochable.

2-      Marido de una sola mujer.

3-      Llevar una vida seria (sobria).

4-      Prudente.

5-      Vida respetable.

6-      Hospedador.

7-      Apto para enseñar.

8-      No dado a la bebida.

9-      No rencilloso.

10-  Amable con todos.

11-  Pacifico.

12-  Desinteresado al dinero.

13-  Que gobierne bien su casa.

14-  No un recién nacido de nuevo.

15-  Buena reputación de los no creyentes.

ORACIÓN: “Perseverad en la oración…” Col. 4:2  La comunicación constante con Dios a través de la oración hará a un ministro dependiente de Dios. La oración de gratitud e intercesión por la grey y los inconversos no falta al Siervo de Dios. De esta depende y en ella se sostiene en las luchas y su visión de alcanzar más almas para Cristo. Esta está incluida en su preparación espiritual siempre al momento de predicar, consiente que la ayuda divina es la que hará la obra en cada sermón y consejería. Sí esto se practica el poder de Dios obrará sanando, alentando y bendiciendo las vidas moribundas. Es un arma propia entregada en las manos de cada ministro para luchar en la guerra a la que se en listó.

SANTIDAD: “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” He.12:14  Será su responsabilidad que la iglesia sea moldeada y perfeccionada a través de la exhortación y la sana doctrina. Un ministro no enseña santidad, la vive y esta cobra vida en su sermón pues nada es mejor que predicar con el ejemplo. Casi nunca nos verá la congregación practicarla mas que cuando predicamos en un pulpito, ni nuestro interés será que ellos la noten, porque un ministro llamado trata de vivirla diariamente delante de los ojos de Dios primero, reconociendo que lo que Él ve es el corazón. Dios no usará jamás a nadie que viva con sus manos manchadas de infidelidad; demanda que seamos santos y que su obra se haga con trasparencia. Buscará siempre el perdón continuamente sintiendo necesidad de limpieza y renovación espiritual. Su deseo es ser perfecto como Cristo y como él quiere que seamos. Si esto no hacemos no esperemos que nuestra iglesia sea más santa que nosotros; de lo contrario es que Dios ya ha buscado y encontrado otro ministro mejor. Si tu no estas dispuesto a vivir en santidad pues vuélvete a pecar que menos daño le harías a la causa del evangelio pues Dios no tolera tibios con un sermón.

USA Y AMA LA PALABRA DE VERDAD: Conociendo que ella es la mismísima palabra de Dios y el su mensajero busca saber más cada día y enseña a otros lo que en ella está escrito. Su lectura diaria crece más y más y mantiene la fidelidad de lo que Dios dice sin usarla para su propia conveniencia pues ninguno de los profetas de Dios se valió de ella para cubrir sus errores ni empobrecer al pueblo que le pertenece al Señor, pues recuerda que poseen un ya un Buen Pastor. Se apasiona en ella sabiendo que Dios la respalda y derriba argumentos falsos de apostasía y vanos pensamientos. La habla en todo momento.

 Jos.1:8 “ Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito”.

NO ES UN AUTORITARIO: Nunca maltrata a la grey pues sabe que no esta puesto para ser servido sino para ayudar y motivar a los suyos. No cae en el error de pensar que es inequívoco para aceptar consejos ni siquiera del miembro más pequeño. La paciencia no debe faltar nunca y su carácter templado le ayuda a proteger los sentimientos y el trabajo que los miembros realizan con todo amor para el Señor, pone el amor por sobre toda cosa y deja que Dios guíe su iglesia sin caer en envidia de quien Dios formase como ministro pues a la larga será un colaborador del cuerpo de Cristo, ellos se convertirán en el ejemplo que el “llamado de Dios” les dé. ¡Oh! Dios, deja que tus siervos sigan llenos de tu Espíritu Santo para que nuestro enemigo con sus huestes tiemblen ante su presencia.